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Caifanes (banda)

Caifanes es una banda de rock mexicana que estuvo activa de 1987 a 1995 y que volvió a escena a partir de 2011.

En un principio, conformada por Saúl Hernández (guitarra y voz), Alfonso André (batería), Sabo Romo (bajo) y Diego Herrera (teclado y saxofón), publicaron su álbum debut Caifanes. En 1989, uniéndoseles Alejandro Marcovich (guitarra líder) y, estructurados como quinteto, publicaron los álbumes Caifanes. Volumen II (mejor conocido como El diablito) y El silencio. Al final de su primera etapa, previa salida de Sabo y Diego (1993), quedaron reducidos a un trío y publicaron un cuarto álbum: El nervio del volcán.

Teniendo como origen Las insólitas imágenes de Aurora, la agrupación emergió desde la escena local mexicana como parte de la campaña difusora denominada Rock en tu idioma a finales de los años ochenta. En dicho tenor, dos de sus canciones (Antes de que nos olviden, y Será por eso), están consideradas dentro de las 100 mejores (musicalmente) del rock mexicano. Cinco más de ellas (Afuera, La célula que explota, Nubes, No dejes que... y Viento), se encuentran dentro de las 120 más representativas (comercialmente) del rock hispanoamericano. Así como su posición #1 en la lista de los 100 más representativos artistas del rock en español.


Las Insólitas Imágenes de Aurora

En el verano de 1984, el entonces estudiante de cine, Carlos Marcovich, necesitaba recaudar fondos para realizar su tesis y obtener la titulación. Para ello, al futuro cineasta se le ocurrió organizar una fiesta en la cual tocara un grupo y así poder cobrar la entrada. El grupo no debía ser conocido, pues le cobraría por tocar en la fiesta, por lo tanto requirió de la ayuda de su hermano Alejandro para que armara y organizara la banda.

Alejandro se dio a la tarea de encontrar músicos. Ya conocía a Saúl Hernández, quien tocaba en un grupo llamado Frac al lado de Leoncio Lara (mejor conocido como "Bon" de Los Enemigos del Silencio), así que acudió a una de sus presentaciones, le planteó la situación y lo invitó a unirse al proyecto, aunque inicialmente Saúl no aceptó.

A sugerencia de Carlos, Alejandro también contactó a Alfonso André, un baterista amigo de su hermano, quien inmediatamente aceptó participar. Alejandro y Alfonso comenzaron a ensayar en casa de este último, y finalmente, dos días antes de la fiesta, Saúl también aceptó. El grupo quedó finalmente conformado de esta manera: Alejandro Marcovich en la guitarra, Alfonso André en la batería y Saúl Hernández en el bajo y voz.

La banda atravesó por muchos inconvenientes; era una época en la que en México no había espacios suficientes para hacer Rock, y en los pocos que había, había que hacerlo de forma clandestina. El dinero se volvía insuficiente para adquirir equipo e instrumentos. Incluso, los tres miembros de Las Insólitas se aventuraron a tocar en playback para artistas como Miguel Bosé, Fresas con Crema, Alaska y Dinarama y (quizás del que más se recuerda) Laureano Brizuela, con quien los tres trabajaron un tiempo.
De esta aventura musical y «esquizopsicodélica» (como la llamara Saúl) surgieron dos demos: uno en vivo, grabado gracias a la colaboración de Marcelo Arámburu y Jaime 'El Oso' Pavón, en donde se pueden encontrar los temas La vieja, Hasta morir, El safari, Bienvenidos, Pero nunca me oye, entre otras; y el otro grabado en los Estudios Acento, con varios de esos temas y dos videos que realizaron para el Canal Once de las canciones Rosa y El safari.

En 1986 se unieron los músicos Armando Martín en las percusiones, Alejandro Giacomán en los teclados, Federico Fong en el bajo y Alberto Delgado en el saxofón. Para esta última etapa Saúl cambia el bajo por la guitarra. Además, aquí se tiene el primer registro de los roces entre Hernández y Marcovich, lo que provocó la desintegración de Las Insólitas, sin saber que se repetiría la misma historia años después en Caifanes.

El cuarteto

Tras la desintegración de Las Insólitas, cada uno de los elementos se integró a distintos proyectos, Saúl Hernández junto con Diego Herrera estaban planeando un proyecto musical al que denominaron «Caifanes», cuyo significado se deriva del spanglish «Caifán», proveniente a su vez de la deformación de la expresión "me cae fine" (me cae bien). Alejandro Marcovich se unió al grupo de músicos que acompañaban a Laureano Brizuela, mientras Alfonso André se unió de forma temporal a Bon y los Enemigos del Silencio.

Caifanes fue conformado originalmente en enero de 1988 por: Saúl Hernández (voz y guitarra), Sabo Romo (bajo), Diego Herrera (teclados y saxofón), y Juan Carlos Novelo (batería). Su primera presentación fue el 11 de abril de 1987 en Rockotitlán con Jorge «El Gato» Arce (Ritmo Peligroso) apoyándolos en la batería ya que Juan Carlos Novelo no pudo ir. La expectación creada en el underground rockero mexicano fue tanta que mucha gente se quedó fuera del recinto.
Después de su segunda presentación Juan Carlos Novelo decidió abandonar la agrupación, y en su lugar entró Alfonso André (batería y percusiones). Más adelante, Santiago Ojeda (guitarra) se integró al grupo por un corto tiempo, para luego fundar la banda La Gran Vía, quedando finalmente como cuarteto con Saúl, Diego, Sabo y Alfonso.

Si bien Caifanes era un grupo nuevo, Sabo Romo con sus proyectos anteriores (Cherry, Manhattan, Ruido Blanco, El Método del Ritmo, Taxi, Briseño y El Séptimo Aire) y la banda anterior de Saúl, Alfonso y Alejandro, Las Insólitas Imágenes de Aurora, tenían ya una amplia base de fanáticos.
La explosión de grupos originarios de España y Argentina, y la etiqueta de Rock en tu idioma, hicieron que las casas disqueras comenzaran a dar apoyo a las agrupaciones que llevaban tiempo pululando en los bares y hoyos funky de México.

En 1988, Caifanes comenzó a crearse una base de admiradores, un plus que comenzaron a forjar y que fue adicional al culto que habían provocado Las Insólitas Imágenes de Aurora.

El trayecto no fue fácil; la banda había juntado un presupuesto y tenían en mente grabar un disco bajo el cobijo de algún productor español; lamentablemente, el dinero comenzó a escasear y solo alcanzó para grabar un demo de cuatro canciones. Las canciones elegidas habían sido: Mátenme porque me muero, Nada, Será por eso y Amanece.

El primero de estos temas fue enviado a la extinta estación Espacio 59, en donde se programaban los demos de las agrupaciones que querían darse a conocer y en donde comenzaron a ganarse el gusto del público radioescucha.

La primera parada en una casa disquera fue en la desparecida CBS México, y en donde el director general de aquella casa disquera al ver su aspecto gótico, similar al look post punk de aquella época. El ejecutivo, no tuvo otra descripción de ellos y sus palabras solo alcanzaron para decirles: «Parecen putos».
El gerente de la sucursal mexicana de CBS, escuchó con atención aquella cinta que la agrupación llevó, el trabajo fue de su agrado, pero por su aspecto y tras escuchar el demo de "Será por eso", les negó algún contrato en firme, argumentando lo siguiente —cosa que hasta hoy, Hernández cuenta como anécdota y no lo olvida—: «En CBS, nuestro negocio es vender discos, no ataudes».

Por un momento el grupo, frustrado de tanta búsqueda, recibió el soporte temporal de CBS pero después recibiría su «carta de retiro». La verdadera oportunidad llegó cuando Ariola convocó a las dos bandas que estaban provocando «eco» en la escena under de la época en la Ciudad de México, a abrir el concierto de Miguel Mateos en el desaparecido Hotel de México (hoy el World Trade Center México) el 31 de octubre de 1987: Caifanes y Neón eran esas bandas.

Lugar en donde, por cierto, se encontraba Oscar López, productor de Miguel Mateos, quién a su vez estaba midiendo el poder de convocatoria de ambas agrupaciones y en donde Caifanes salió triunfante sobre Neón; no vaciló en darles su apoyo incondicional. El resultado fue la grabación de un primer LP bajo la dirección y realización del productor Oscar López, también productor de Mateos.
Caifanes accedió a firmar con RCA Ariola, a cambio de que también Maldita Vecindad firmara y así ocurrió. Para noviembre de 1988, Maldita Vecindad se encontraba grabando en los Estudios PolyGram lo que sería su primer material.

Su primer álbum, Caifanes, salió a la venta en agosto de 1988 y el sencillo Mátenme porque me muero fue su primer éxito, seguido por, Viento, Amanece y Cuéntame tu vida. El también llamado Volumen 1 fue precedido por un EP con tres canciones, producido con la intención de probar la aceptación del grupo entre la posible audiencia; el resultado fue la venta de más de trescientas mil copias y, por lo tanto, la edición del primer LP.

El álbum en sí, mostraba claramente lo que muchos consumidores de rock en México demandaban: verdadero rock. Gustavo Cerati, en aquel entonces guitarrista de Soda Stereo, participó como músico invitado en la grabación del álbum tocando la guitarra en La bestia humana.

En diciembre de 1988, graban en la Ciudad de México el maxi-single La negra Tomasa. Dicho trabajo incluía tres versiones del cover cubano La negra Tomasa adicionando el tema Perdí mi ojo de venado.
En el verano de 1989, tras llenar dos días consecutivos el Auditorio Nacional —de hecho fue la primera banda de rock mexicano en lograr esto— y teniendo como teloneros a Maldita Vecindad y a Fobia, el grupo prepara canciones para lo que sería su segundo material; temas como Detrás de ti y Antes de que nos olviden ya eran habituales de la agrupación para estas fechas (esta última fue con dedicatoria a los caídos de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968).

Quinteto

Alejandro Marcovich, fue el último en integrarse a Caifanes en 1989.
En una presentación del grupo en un bar se encontraba el ex-compañero de grupo de Saúl y Alfonso en Las Insólitas Imágenes de Aurora, Alejandro Marcovich. Hernández tuvo un encuentro con el guitarrista, en donde comentaron asuntos sobre los proyectos de cada uno, (Marcovich se encontraba de gira con el cantante argentino Laureano Brizuela) y Hernández le comentaba el gran peso que le causaba el ser guitarrista y vocal de una agrupación. Por su parte, Marcovich recomendó: «¿Por que no buscas a un guitarrista que te apoye?», a lo que Hernández respondió: «¿Y por qué no tú?».
En septiembre de 1989 el guitarrista Alejandro Marcovich se integró al grupo; su presencia resultó notoria desde un principio y su estilo fue fundamental en lo que comenzaría a ser el sonido de Caifanes.

Con una formación sólida, como quinteto, se dirigió a Nueva York a grabar su segunda placa, de nuevo bajo la dirección de Oscar López en colaboración con Gustavo Santaolalla, Cachorro López y Daniel Freiberg.

El resultado de este trabajo fue el Volumen II, mejor conocido como El diablito (esto se debe a que en la portada del disco se incluye la imagen de un diablo que recuerda una tarjeta de lotería, acompañado por una leyenda que dice justamente: «El diablito»).
 os olviden y Los dioses ocultos; también aparece una de las canciones más populares del grupo, La célula que explota.

1990 fue un año de arduo trabajo. Realizaron una serie de conciertos con las agrupaciones más fuertes de esa época, Fobia, Neón, Maldita Vecindad y Los Amantes de Lola; en una gira que bien denominaron Rock de los 90s, en diciembre de ese mismo año. Después se les presentó la oportunidad de hacer un concierto mano a mano con los argentinos Soda Stereo en el Palacio de los Deportes, en marzo de 1991.
Adrian Belew, ex-miembro de King Crimson, fue el productor de la tercera placa discográfica de la agrupación, El Silencio.
Después, se dirigieron a Wisconsin a grabar con Adrian Belew y, así, en 1992 se editó «El silencio». De este álbum se incluye gran parte del repertorio clásico de Caifanes, como: No dejes que..., Miércoles de ceniza, Nubes, Nos vamos juntos y Piedra; en este último, Saúl cuenta su adicción a las drogas. Antes de que se publicara El silencio, The Cure estaba en México y se propuso a Caifanes abrirle, pero se rehusaron puesto que primero querían presentar el álbum antes de hacer cosa alguna.

Cuando dicho álbum salió a la venta, el grupo ya era un éxito en México, Centroamérica, algunos países de Sudamérica y entre la comunidad hispana de Estados Unidos. En agosto de 1992 llenaron por completo el Hollywood Palladium de Los Ángeles.

El silencio es considerado uno de los mejores álbumes del rock mexicano, y uno de los mejores del rock latino, para muchos es el álbum de rock más influyente en México. En el disco existen fusiones de música mexicana y rock, como en Piedra, Para que no digas que no pienso en ti y Nubes, o en Mariquita, donde convierten un son jarocho anónimo en una canción de rock; también experimentaron con Metamorféame, que es lo más acercado a un hard rock que Caifanes llegó a tener, además del clásico No dejes que...
En abril de 1993 llenaron por completo el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, hazaña que ningún otro grupo de rock mexicano había logrado hasta el momento, con Santa Sabina como teloneros.

En este mismo año, la agrupación parecía cada vez más sólida, pero Sabo Romo y Diego Herrera se encargaron de desmentirlo. Con dicho concierto en el Palacio de los Deportes, Sabo Romo se despidió de la agrupación. Diego Herrera lo seguiría poco tiempo después, al concluir esa gira.
Sabo Romo fue el primero en desertar de la agrupación en 1993.

El trío y la disolución

Al llegar 1994 Caifanes queda reducido a un trío conformado por Saúl, Alfonso y Alejandro, acompañados en el bajo por Federico Fong y en los teclados por Yann Zaragoza. Juntos dan forma al último álbum de Caifanes: «El nervio del volcán». Se eligen como sencillos las canciones Afuera, Miedo, Aquí no es así y Ayer me dijo un ave. Su presencia en los medios de comunicación creció y es seguida muy de cerca por los noticiarios de MTV Latino para quien realizaron un Unplugged y donde se documentó el creciente éxito internacional del grupo (por ejemplo, en esos días abrieron el concierto de los Rolling Stones en la ciudad de México y participaron en el festival WOMAD, organizado por Peter Gabriel; rechazaron después la invitación a participar en la edición de 1994 del festival Woodstock).

No obstante, las crecientes diferencias entre Saúl y Alejandro, llevarían a la disolución del grupo. El 18 de agosto 1995 en San Luis Potosí en las instalaciones del Centro de Convenciones del Hotel María Dolores. Con excepción del comunicado de prensa de Saúl Hernández en donde expresaba su decisión de romper toda relación laboral, artística y personal con Alejandro Marcovich, la falta de información sobre la desintegración del grupo confundió a los fans. Sin embargo, cierta tensión interna pudo percibirse en la entrevista que la banda concedió a MTV Latinoamérica el 13 de mayo de 1995 durante su gira por Colombia:
Se encuentran sentados Saúl Hernández y Alejandro Marcovich.
- Noticias MTV: «A once años de estar juntos, ¿qué tienen en común todavía entre ustedes?»
- Alejandro Marcovich: «El esqueleto. La cantidad de cromosomas.»
Saúl, quien en ese momento mira hacia el suelo, al terminar de oír la palabra "esqueleto" capta rápidamente la respuesta metafórica y mira fijamente a Alejandro a los ojos, haciéndose un silencio de siete segundos y luego le pregunta:
-Saúl Hernández:«¿Qué ves cuando me ves?»
-Alejandro Marcovich:«Lo mismo que tú.»
Saúl continua hablando durante la entrevista: «Pues que no nos caigamos bien, que tratemos de rebuscar actitudes para mantener el negocio bien. De repente quizás, cuando estamos realmente juntos hay una honestidad muy visceral...»
- Noticias MTV: «¿Ustedes se divierten o sobreviven todavía?»
- Alejandro Marcovich: «Es una justa combinación entre las dos.»

Caifanes ofreció su último concierto el viernes 18 de agosto de 1995 en la ciudad de San Luis Potosí (con La Cuca como telonero). "Esta canción habla de cómo nos podemos hacer miarda los unos a los otros"...Saúl Hernández pronunció estas palabras antes de comenzar la canción Aviéntame; ni Alejandro Marcovich ni Alfonso André se inmutaron. El público era testigo de una banda cuyos integrantes no lograron verse a los ojos durante todo el concierto. Pese a toda la cantidad de desmentidos por parte de la prensa, esa noche el grupo se despidió formalmente de sus fans. Durante este último recital, Carlos Marcovich rodeó a Saúl Hernández por el cuello y trató de acercarlo a Alejandro Marcovich para un abrazo reconciliador en unos de los momentos más dramáticos de la noche, sin poder aceptar la ruptura del grupo que él mismo ayudó a crear (11 años atrás provocando el origen de Las Insolitas Imágenes de Aurora). Al final las canciones se agotaron, Alejandro Marcovich tocó la melodía de Sabor a mí, un conocido bolero y todo el auditorio tarareó al unísono: «Tanto tiempo disfrutamos de este amor / nuestras almas se acercaron tanto así / que yo guardo tu calor / pero tú llevas también / sabor a mí.» Alfonso André apenas lo miraba. Al terminar la melodía Saúl respondió, tomó el micrófono y a capela pronunció otro testamento: «No dejes que nos coma el diablo amor / que se trague tu calor / que eructe mi dolor.» Clavó los ojos en Alejandro, quien mantuvo la mirada en el suelo. Llegó así el final de la banda, Carlos Marcovich se acercó al micrófono y pronunció: "Caifanes, se acabó!!". Según los fans presentes en el concierto, Alejandro no pudo contener las lágrimas mientras tocaba la guitarra. Fue una lucha de egos en la que se rumoró que Alejandro y Saúl incluso llegaron a los golpes. Esa misma noche, Noticias MTV intentó hablar con los protagonistas pero ellos, aduciendo razones legales, no quisieron hacer declaraciones.

Los medios de comunicación manejaron varias especulaciones respecto al futuro del grupo, entre las cuales estaba el retorno de Sabo Romo, de esta manera el cuadro de situación seguiría incluyendo a Saúl como vocalista y a Alfonso como baterista, manteniendo así el nombre de Caifanes. Si esto se concretaba, el problema de la banda dejaría de ser una separación para convertirse en un parcial cambio de integrantes, más allá de que Marcovich tocara la guitarra y Romo el bajo.

Después de la separación

Saúl Hernández en Jaguares, durante el periodo de inactividad de Caifanes.
Tras la desintegración del grupo, Saúl Hernández se dedicó a recuperarse de un virus de papiloma en las cuerdas vocales, e invitó a Alfonso André a un nuevo proyecto que posteriormente sería lo que fue Jaguares. Alfonso, en ese momento se encontraba tocando en La Barranca con Federico Fong (bajo) y José Manuel Aguilera (guitarra) y propone a Saúl incorporarlos a la primera alineación de la banda. Sabo Romo, por su parte, bajo su propia disquera "Mulata Records", editaba un álbum en solitario. Así como su participación en dos álbumes de Jaguares: Bajo el azul de tu misterio y Crónicas de un laberinto. Alejandro Marcovich, mientras tanto, se dedicó a la producción y arreglos en la música de distintos artistas, así como músico de sesión y la grabación de un EP en solitario (Nocturnal). En cuanto a Diego Herrera, fungió como director artístico de BMG Ariola. A partir de 2006, se integró a Jaguares.

Reconciliación

El 14 de diciembre de 2010, se anunció que la banda se reuniría para el festival Vive Latino del 2011, después de que Hernández y Marcovich dijeran que habían «limado asperezas» y planeado «un palomazo». La idea surgió al conocerse problemas delicados de salud de Marcovich que generaron el acercamiento con Saúl Hernández; lo único que impedía el regreso del grupo con la alineación original eran los problemas entre ambos músicos, pues la relación con los demás miembros era estable. Los medios de comunicación se mostraron expectantes e incrédulos, pero las declaraciones de los Ex-Caifanes durante la semana se encargaron de desmentirlo «Estaremos los cinco integrantes; es parte de la onda que buscamos recuperar, para recrear la magia», dijo Diego Herrera, el tecladista. ¿Quién buscó a quién, cómo fue? Sabo Romo, el bajista, zanjó el tema: «Eso no me parece relevante. Estamos juntos porque nos da la gana». Y Alfonso André: «Me da un poco de miedo, las cosas terminaron por algo. Ese algo probablemente todavía esté ahí». Remata Alejandro Marcovich: «Para muchos el reencuentro entre Saúl y yo simboliza el reencuentro de Caifanes. Pero fue una cuestión de voluntad: Sabo y Diego dejaron la banda antes, también por su voluntad».

Posteriormente, Saúl Hernández y Alejandro Marcovich concedieron una entrevista a un noticiero de televisión diciendo que no planean hacer gira alguna, salvo un par de recitales, el del Vive Latino y otro en Coachella; y que será después cuando decidan si pueden trabajar en más proyectos juntos.

El regreso

El 9 de abril de 2011, el grupo consumó su reencuentro luego de 16 años con su alineación original dentro de la undécima edición del Festival Vive Latino, ante un estimado de más de 70 mil personas.
El mes de junio de ese mismo año se confirma una gira por Estados Unidos de América y México durante el último tercio de 2011.
En marzo de 2012, Caifanes reanuda su gira haciendo presencia en el festival Cumbre Tajín en Veracruz, el 17 de marzo y luego en el Festival Estéreo Picnic el 30 de marzo en Bogotá, lo cual marcaba su regreso a los escenarios de Colombia tras 17 años de ausencia.
Caifanes decidió hacer una pausa para permitir el avance de las carreras solistas de Saúl Hernández y Alfonso André. La banda retomó su gira a mediados del 2012, extendiéndose a países como Guatemala, Panamá y Costa Rica.

Vuelta al cuarteto

El 22 de marzo de 2014 apareció en el sitio oficial del grupo un comunicado por parte de Alfonso, Saúl, Diego y Sabo anunciando la reestructuración del mismo a su alineación original de cuarteto:
Desde 1987 Caifanes ha vivido intensa y apasionadamente.
Queremos reiterar nuestro profundo agradecimiento a la vida y a todos ustedes por todo lo que hemos vivido, esa entrañable magia que compartimos y que nosotros y ustedes llevamos tatuada en el Corazón.
Siempre hemos mantenido nuestra historia interna privada, creemos que la música es lo importante y los procesos internos deben de ser eso, internos, privados.
A partir de hoy, Caifanes regresa a su formación original.
La vida son ciclos, se cierran unos, se abren otros. Todos validos, todos importantes.
Hoy se abre uno nuevo para nosotros, les seguiremos entregando nuestro corazón.
Dicho comunicado, presupuso, automáticamente, la salida de Alejandro Marcovich del grupo. Cuya versión del acontecimiento se dio a conocer a través de una entrevista en la cual declaró desconocer la causa de fondo de la decisión unilateral por parte de sus compañeros de que él ya no formase parte de la agrupación:
Una explicación no la puedo dar, porque ignoro profundamente cual sea el motivo de base ya que no hubo pleito. Esta vez sí no hubo pleito, hubo una gira muy extensa de dos años y medio muy positiva, muy feliz en todos los sentidos con el público, entre nosotros… Lo que sé es que ellos tenían la inquietud de regresar a una formación original como se dijo en un comunicado de prensa [...] Fue lo mismo que pasó en el ’95; se lanzó un comunicado y no se dan explicaciones.

Estilo

Aunque en un principio la música de Caifanes parecía ser profundamente oscura, densa, metafórica y críptica; la inclusión de «La negra Tomasa» en el repertorio del grupo no era casual: Hernández y Romo tienen raíces en colonias populares de la ciudad de México por ello utilizó el ritmo de cumbia como base. Sin embargo, Caifanes no volvió a apropiarse tan marcadamente de un estilo musical distinto del rock; por el contrario, incorporó elementos de la música popular mexicana en el esquema general de éste.
Si bien en «El diablito» la mayor parte de las canciones puede ser calificada simplemente como rock, las letras comienzan a tomar elementos populares (como la integración total del dicho «De noche todos los gatos son pardos» en la canción homónima) y con La célula que explota se marca en gran medida el estilo clásico de Caifanes: letras demandantes y poéticas y música a caballo entre el rock y la música mexicana.  La presencia de Alejandro Marcovich, a partir de este disco se vuelve fundamental en el sonido del grupo, a tal grado que para muchos fanáticos la diferencia principal entre Caifanes y Jaguares consiste en el estilo del guitarrista.
La célula que explota, construida como una balada rock con arreglos de mariachi y marimba, es la primera de una serie de amalgamas. En «El silencio» las fusiones tocan de nuevo la música con una fuerte cadencia rítmica que en México se tilda de «guapachosa» (Nubes, Hasta morir, Para que no digas que no pienso en ti), pero también la banda (Piedra), e incluso aparece una versión de un son veracruzano, Mariquita, donde se combinan las tradicionales jaranas con las guitarras eléctricas de Marcovich. Por último, en «El nervio del volcán» experimentaron con rítmicas indígenas (Afuera), dieron un toque de bolero a las percusiones de Ayer me dijo un ave y construyeron La llorona sobre el vals tradicional del mismo nombre.

Discografía



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Caifanes

Caifanes II

El Silencio

El nervio del volcán

1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995

2011
2012
2013
2014
2015

Saúl Hernández

S. Hernández
Diego Herrera



Diego Herrera
Sabo Romo



Sabo Romo
Alfonso André

Alfonso André


Alejandro Marcovich

Alejandro Marcovich
Music Icon.svg Álbum editado
Voz y Guitarra rítmica
Batería

Teclado
Bajo
Guitarra principal


Bendiciones!!!!!

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